¿Quien no recuerda aquellas historias que eran difundidas en plazas, fiestas o jornadas laborales, las cuales eran contadas de tal manera que nos hacían temblar de miedo o nos hacían embarcarnos en aventuras fantásticas? ...Esa es literatura oral, para mí la más bella de las expresiones .
La literatura oral es transmitida a través de generaciones en las cuales se van presentando variaciones y exageraciones lo que le van dando a cada relato un sentido especial ya que nunca un narrador va a ser igual a otro, cada uno ocupara gestos o vocabulario distinto.
A continuación les presento una leyenda familiar contada por mi abuelo a mi madre y de mi madre a mi... espero que la disfruten.
La Candelilla
Aquella noche, al amigo de mi abuelo, se le hizo muy tarde. Venía de una ardua jornada de trabajo en alguna fábrica cerca de Apoquindo, ya casi no había locomoción por lo que tuvo que caminar hasta llegar al estadio Italiano, cuando de pronto, una brillante luz lo encandiló e hizo que él la siguiera; caminó toda la noche pero solo veía el túnel de luz. De pronto sintió cansancio, dándose cuenta de lo que pasaba, por lo que decidió sentarse en una piedra cercana, mientras intentaba aclarar su mente.
Cuan grande fue su sorpresa al verse al borde de un precipicio en la cima de un cerro, no sabía como había llegado ahí, pero recordaba los angostos senderos que bordeaban el cerro y que increíblemente había cruzado, incluso recordó el estrecho tronco por el que de una manera casi fantástica cruzó, nada podía explicar el extraordinario suceso…
Aunque los viejos creen que la bruja “Candelilla” andaba haciendo de las suyas.
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